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![]() El primer vértice del triángulo es la afinidad. La definición básica de afinidad es la consideración de distancia, sea buena o mala. La función más básica de la afinidad completa sería la capacidad de ocupar el mismo lugar que alguna otra cosa. La palabra afinidad está usada aquí como amor, aprecio o cualquier otra actitud emocional. La afinidad se concibe en Scientology como algo con muchas facetas. La afinidad es una cualidad variable. La afinidad se usa aquí en el sentido contextual de “grado de aprecio”. El hombre no sería hombre sin afinidad. Cada animal tiene algún grado de afinidad, pero el hombre es capaz de experimentar una cantidad especialmente enorme de afinidad. Mucho antes que se organizara en ciudades, se había organizado en tribus y clanes. Pero antes de las tribus y clanes sin duda existían grupos. La necesidad instintiva del hombre de afinidad por sus semejantes ha sido reconocida desde hace tiempo, y la domesticación de animales muestra que esa afinidad la extiende a otras especies también. Se podría haber supuesto que la raza que desarrollase primero la afinidad en su grado más alto se transformaría en la raza dominante de cualquier planeta y eso se ha corroborado. Un niño está lleno de afinidad. No sólo tiene afinidad por su madre, por su padre, por sus hermanas y hermanos y por sus compañeros de juego, sino también por sus perros, sus gatos y los perros vagabundos que por casualidad pasan por ahí. Pero la afinidad va incluso más allá. Usted puede tener un sentimiento de afinidad por ciertos objetos: “Me encanta el veteado de esa madera”. Hay un sentimiento de integridad con la tierra, los cielos azules, la lluvia, las albercas de molino, las ruedas de las carretas y las ranas croadoras, que no es más que afinidad. La afinidad nunca es identificación (llegar a ser uno con otra persona al tener el mismo sentimiento o interés) ni va tan lejos como la empatía (el poder o estado de imaginar ser otra persona e incluso compartir sus ideas o sentimientos). Usted, en muy buena medida, permanece siendo usted mismo cuando tiene afinidad por algo pero además siente la esencia de la cosa por la cual tiene afinidad. Usted sigue siendo quien es y sin embargo se aproxima aún más al objeto por el que tiene afinidad. No es una cualidad que ate. No existen las ataduras cuando se produce la afinidad. Para el receptor esto no conlleva deberes ni responsabilidades. Es algo puro, sencillo y natural y fluye del individuo tan simplemente como los rayos de luz fluyen del sol. La afinidad engendra afinidad. Una persona dotada con esta cualidad, automáticamente encontrará personas a su alrededor en cualquier sitio, que también comienzan a experimentar afinidad. Es una influencia tranquilizadora, cálida, alentadora en todos aquellos que son capaces de darla y de recibirla. El nivel de afinidad entre individuos o grupos, se puede observar fácilmente. Por ejemplo, dos hombres conversando entre sí, tienen afinidad recíproca o no la tienen. Si no hay afinidad, discutirán. Pero si tienen afinidad recíproca, tiene que haber dos cosas más: tienen que estar de acuerdo sobre una realidad y tienen que ser capaces de comunicarse esa realidad entre sí. Esto nos lleva al siguiente vértice: la realidad. La afinidad, la realidad, y la comunicación Afinidad Realidad Comunicación El triángulo ARC Sugerencias de estudio adicional |
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